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Última actualización: 06/05/2025
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Entrada 3 - Volumen 7
Camilo Restrepo
Mi nombre es Camilo Restrepo y soy artista visual. Estudié ingeniería mecánica en la Universidad Eafit de Medellín, hice una especialización y una maestría en estética en la Universidad Nacional de Colombia y un MFA en el California Institute of the Arts – CalArts.
He realizado exposiciones individuales en Colombia y en Estados Unidos, y he participado en exposiciones colectivas en América Latina, Estados Unidos y Europa. Vivo en Medellín y me representa una galería en Los Ángeles llamada Steve Turner.
Mi obra ha sido publicada en libros como Una Línea de Polvo. Arte y Drogas en Colombia; Plata y Plomo. Una historia del Arte y de las sustancias ilícitas en Colombia; Historia de la Fotografía en Colombia 1950–2000; Contemporary Art Colombia; y Vitamin D3: Today's Best in Contemporary Drawing de la editorial Phaidon.
En 2010 fui seleccionado como becario Fulbright para cursar estudios de maestría en los Estados Unidos y en el 2011 fui nominado al Premio Luis Caballero, el premio más importante en Colombia para artistas mayores de 35 años.
En el 2002, el Fondo Editorial de la Universidad Eafit publicó mi libro La Foto de Identidad. Fragmentos para una Estética y en 2019, Sura y la editorial Mesaestandar publicaron una monografía sobre mi obra titulada Alias.
Criticar la guerra contra las drogas y su ilegalidad es una preocupación que permanece en mi trabajo. Nací en 1973 y me tocó vivir el auge de los narcotraficantes y la aparición del narcoterrorismo.
Desde muy niño me encontré con cadáveres tirados en la calle; me tocó presenciar asesinatos de mafiosos, despertarme atemorizado por bombas que hacían estallar los vidrios de mi casa, ser perseguido a muerte por una pelea mal casada, saber de masacres en los lugares que frecuentaba y enterarme de familiares que se habían dejado seducir por el dinero rápido de la mafia. Y todo esto dentro de un contexto nacional de violencia generalizada, explosiones, asesinatos de políticos, policías y periodistas, secuestros y masacres, desplazamiento y muerte de miles de inocentes.
La prohibición de las drogas y las extraordinarias ganancias que esto pone en las manos de los narcos, con la consecuente conversión de miles de jóvenes en soldados ilegales, con la penetración de dineros sucios en la política y sus niveles inimaginables de corrupción, con el amedrentamiento y la coerción de la justicia, y con su contribución al escalamiento del conflicto armado en Colombia, han hecho de la guerra contra las drogas una guerra fallida, un estruendoso fracaso.
Mientras persista este enfoque prohibicionista me parece importante que desde el arte se insista en criticar y en develar las distintas violencias que conlleva la utopía de una sociedad libre de drogas.
Los Otros Nombres es una serie de 503 retratos de todos los alias publicados en el periódico El Tiempo durante el 2020, a través de los cuales es posible recorrer la historia criminal de Colombia desde la época de “La Violencia” hasta el presente. Cada uno de los dibujos fue construido a partir de las imágenes resultantes de búsquedas en Google del alias correspondiente, mezcladas e intervenidas con elementos diversos, propios del personaje.

En la parte trasera de cada retrato está escrito a mano el nombre de pila del criminal, junto a una pequeña biografía y a un código de colores que indica el tipo de grupo ilegal al que pertenece o pertenecía. En el reverso se encuentra también un calendario impreso, con marcas en los días en que su alias fue publicado.
A ToN oF coke es una colección de NFT que se encuentra en la plataforma OpenSea y que consiste de 1.000 pacas de criptococaína disponibles para la venta. Cada una de las pacas, que representa un kilo del alcaloide, está identificada con un número de serie consecutivo que la hace única y determina su precio.
Por primera vez, desde el comienzo de la guerra contra las drogas, una tonelada de cocaína flotando en “mar abierto” puede ser legalmente poseída y su propiedad oficialmente verificada en el blockchain.
Camilo, cuéntanos un poco acerca del proceso mediante el cual has transformado tus juicios de valor y tu crítica constructiva sobre el narcotráfico y la fallida fórmula de lucha antidrogas.
¿Cómo y por qué llegaste a construir NFT de dichos conceptos? ¿Cómo consideras que podemos evitar que se lave dinero de narcotráfico con NFT tal cual se ha hecho con artistas desde décadas?
Esto son tres preguntas. Voy por partes:
Viví en la Medellín de los 80 toda la violencia de la guerra contra Pablo Escobar. Creo que todos los que sobrevivimos tenemos argumentos de sobra para saber que la guerra contra las drogas no tiene ningún sentido. Vimos como de Escobar se pasó a Don Berna, a las oficinas, etc. Es una misma empresa dirigida por diferentes gerentes a lo largo del tiempo.
Los NFT me dieron la oportunidad ideal para mostrar cómo el mercado del arte, del narcotráfico y de las criptomonedas funcionan similar.
Creé mil imágenes iguales, pero con diferente precio: la 1000/1000 costaba 1 Ethereum, la criptomoneda más popular de los NFT. La 1/1000, 1 Ethereum dividido entre mil. Esto lo diseñé para crear momentum.
¿Cuántos no nos hemos arrepentido de no haber comprado Bitcoins cuando costaban un dólar? Es lo mismo, el sistema está diseñado para crear voz a voz, para que el precio aumente con la demanda, como en las criptomonedas, el arte y el narcotráfico.
Como una persona a favor de la legalización total de las drogas, pienso que el enfoque no está en evitar el lavado de dinero, sino de procurar que ese dinero tribute, pague impuestos. Ese es un problema más del tesoro de Estados Unidos y los gobiernos, no de los artistas.
Sin Equidad social no hay Paz (o ausencia de conflictos) y sin paz no hay sustentabilidad en las actividades humanas, lo que se traduce en mayor presión sobre el ambiente.
¿Son los NFT un mecanismo de lucha para reivindicar a los artistas (actualmente marginados por un gran número de gobiernos) y equilibrar la brecha social en este campo o es más del capitalismo que tiene a la Humanidad al borde del colapso?
¿Cómo garantizar la legitimidad de esta herramienta?
No lo sé. Esta pregunta es tan difícil como responder qué es arte.
Pero tengo pistas: los artistas, formalmente conocidos en el mundo artístico, hasta ahora están entrando en el mundo de los NFT (Damien Hirst hasta hace unas semanas hizo su primer NFT).
Es posible que los NFT sirvan para salvar esa brecha, pero también es posible que lo que hay en ese mercado no sea arte.
Yo me considero artista y entré al mundo de los NFT porque vi la oportunidad de contar algo que es coherente con el cuerpo de mi obra. No sé si haré más NFT, pero sí sé que no dejaré de trabajar en los lenguajes “tradicionales”.
La mayor cantidad de mi obra es el papel, tengo una relación muy estrecha y particular con el papel y sé que no lo abandonaré por los NFT.
No es un secreto que el criptomercado está generando presión sobre el ambiente por su altísimo consumo energético.
Esto se suma, por ejemplo, a los impactos derivados de la sobrepoblación y la inaccesibilidad a tecnologías limpias por parte de civiles.
En medio de los especuladores, ¿a qué eslabón de la cadena podemos pedirle o exigirle que cumpla con la Función social y/o ecológica empresarial? ¿Exchange, desarrolladores, mineros, traders?
Entiendo que los desarrolladores están trabajando cada vez más en hacer “más limpio” y efectivo este proceso.
El calentamiento global y la gran carga que los seres humanos estamos ejerciendo sobre el planeta es una responsabilidad de todos.
Ahora: las grandes decisiones, que generan cambios reales a gran escala, dependen en gran medida de los gobiernos.
Y los gobiernos son elegidos por la gente y debemos trabajar en la búsqueda de una sociedad más educada para así tener gobiernos más efectivos y sensatos.
¿Consideras que los NFT –en general– pueden ser utilizados para reducir impactos sobre los océanos? ¿Cómo?
Por supuesto, pero no propiamente los NFT, sino los NFT como una expresión artística más.
Mi proyecto, por ejemplo, ha generado debates y reflexiones sobre la legalización de las drogas.
Otro artista podría hacer un proyecto que genere preguntas y debates sobre cualquier problemática, como el impacto ambiental de las actividades humanas sobre los océanos.
Yo creo en el arte como una manera de incomodar, impactar, generar debate y preguntas, y creo que ese es uno de sus objetivos, entre muchos otros.
¿Consideras factible la realización de una o varias obras artísticas que retrate la vida marina, que posteriormente sean convertidas en NFT y el dinero recaudado sea destinado para salvaguardar dichos ambientes? ¿Pueden las causas socioambientales promover el interés de los mercados de NFT?
Estoy en un proyecto de donar unas criptopacas de cocaína a una galería que subasta NFT para comprar arte “tradicional”, analógico, por decirlo de alguna manera, y donarlo a museos reales. Mi trabajo siempre ha estado centrado en generar debate, discusión, preguntas, impacto, reflexión.
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