Juventud, Justicia y Resistencia desde el suroriente de Cali
Entrada 4 - Volumen 9
Carlos Peña
Mi nombre es Carlos Peña, habitante del suroriente de Cali, Comuna 16, Capital de la Resistencia. Tengo 25 años y soy uno más de aquellos y aquellas que hemos decidido colocar nuestra juventud al servicio de la justicia y la transformación real.

Estudié Derecho en la Universidad Libre, y desde el 2016 he participado activamente en diversos espacios que buscan denunciar y construir salidas a las problemáticas estructurales que aquejan a nuestro país. Fui cofundador de la iniciativa ciudadana “Nos Unimos o Nos Hundimos”, que en su momento buscaba la unidad de los sectores alternativos.
Por eso, me considero un defensor de lo público, es decir, de lo nuestro.
Un convencido de la necesidad de materializar el buen vivir; de la pedagogía, la constante movilización y organización colectiva como herramientas indispensables para obtener cambios históricos.
En la academia, y sobre todo, a partir de los saberes, desarrollé las capacidades para convocar, contagiar y comunicar asertivamente. Esto me ha permitido ser una persona analítica y propositiva frente a las condiciones indignas que padece la mayoría de la gente en nuestro país.
Durante este tiempo he logrado en diferentes instancias el reconocimiento por mi compromiso con el activismo que no se ha reducido única y exclusivamente a las calles, sino también en las aulas. Lo cual me ha llevado a presentar posiciones en medios de comunicación local y nacional, así como en espacios institucionales y comunitarios.
Hace unos años, conocí a Pepe Mujica, quien sin duda alguna es un referente y fuente de inspiración para el ejercicio de lo político y la política, entendida como el arte de llegar a servir y no a servirse.
Indudablemente, el hecho más significativo en el que he participado fue el último Paro Nacional #28A en Colombia, en donde de manera masiva y contundente las diferentes expresiones sociales logramos visibilizar nuestra inconformidad frente a la profunda desigualdad, a la que el viejo poder nos pretende condenar. Vivir a tan solo unas cuadras del punto Puerto Resistencia puede recrear la magnitud de lo que alcancé a experimentar.
En la actualidad pertenezco a la organización sociopolítica Atrévete, colectividad integrada mayoritariamente por jóvenes de barrios populares, que procura incidir a través de la acción colectiva y pedagógica. Entre otras cosas hacemos parte del Pacto Histórico y contamos con una precandidatura en mi nombre a la cámara del Valle del Cauca, que buscará contribuir a la renovación del Congreso.
Nuestra apuesta se proyecta para intervenir, disputar y ocupar espacios sociales y de toma de decisiones, que permiten, en últimas, la materialización de mejores condiciones de vida para la gente.
Carlos, desde tu visión como abogado, ¿Con qué herramientas cuenta la población civil para enfrentar el cambio climático y las consecuencias del deshielo polar en el planeta sin un Estado que garantice su protección?
Resulta inimaginable pretender salvaguardar el planeta, la casa común, de la emergencia climática sin un compromiso compartido y diferenciado de los Estados. En otras palabras, es insuficiente invertir esfuerzos y herramientas para enfrentar esta problemática si los mandatarios no cuentan con una voluntad política real. De ahí la necesidad de insistir en profundizar la democracia; lo cual implica participar activamente desde diferentes esferas para que contrarrestar no sea una tarea incompleta.
Por ejemplo, en nuestro país se decreta y se legisla en contra de la vida. Desconocen los ríos como sujetos de derechos, permiten exploraciones en zonas de páramos pasando por alto las consultas previas, se incentiva la deforestación y se descabezan los impuestos verdes.
Además, es el país en donde más asesinan líderes ambientales. Y mientras tanto nada que se ratifica el Acuerdo de Escazú.
¿Qué y cómo podrías aportar desde tu oficio para contribuir a la desaceleración de dicho deshielo?
Proponiendo ampliar los recursos constitucionales, y de esa manera, orientarlos para otorgarle mayor poder de decisión a las comunidades y, que, sobre todo, se respeten dichas definiciones de los territorios sin ambigüedades. También, insistir en la veeduría de presupuestos, programas y ejecución de estos. Descarbonizar la economía.
En definitiva, cumplir con la regla verde: “no tomar de la naturaleza más de lo que ella pueda reproducir y no producir más de lo que la naturaleza pueda soportar”.
¿Cuál es el valor que más importa según tu concepto?, ¿Consideras que estas virtudes podrían y deberían trasladarse a todas las instituciones públicas de cualquier territorio?, ¿Sería esto utópico o es posible y además, necesario para conseguir y sostener las democracias, además de la sustentabilidad de la raza humana en la tierra?
Evidentemente, después de la pandemia y del Paro Nacional que empezó el #28A, la SOLIDARIDAD recobró especial relevancia como valor para sobreponerse en tiempos adversos. Asimismo, en un contexto institucional y económico tan hostil es apremiante radicalizar este elemento que es indiscutible en cualquier Estado Social de Derecho, y que infortunadamente, hoy en una democracia maltrecha como la colombiana, se invisibiliza.
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